y qué más da si estoy muerta. aún así sigo queriendo por querer. el veneno me sigue envenenando y tus encías siguen siendo mi único alimento. el dolor sigue siendo doloroso. las cosas tristes me siguen entristeciendo. tus mordiscos de perro rabioso siguen arañándome y aún estando muerta, me encharcan el alma con sangre. tus mordiscos siguen haciendo que me sangre incluso esa parte donde ya me habían herido antes y que creí cicatrizada. no entiendo tanto rollo con el infierno. todo sigue igual. los corazones, aunque podridos, siguen siendo corazones.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada