vómitos

hoy he vuelto a soñar contigo. no sé porqué lo haces, pero apareces periódicamente en mi mente. entonces, me hablas como si nunca hubiera pasado nada.

las noches en las que sueño contigo son horrorosas. el día que las precede me quedo en estado de letargia, pensando constantemente en ti y en lo poco que nos queremos ahora. en lo desconocidos que somos. ya no hay nada que arreglar, no hay amistad que retomar ni temas por discutir. ya no hay nada entre nosotros.

no queda nada del frío que nos unió ni de las risas. no consigo recordar cómo llamabas de forma cariñosa a tu madre ni consigo recordar cuál era el alimento que odiabas con todas tus fuerzas. sólo te recuerdo a veces, cuando te sueño, sentado de copiloto en mi coche viejo. pero tampoco consigo oir el sonido de tus palabras.

es como si te hubiera reseteado. ya no me queda nada tuyo y mucho me temo que a ti tampoco te queda nada mío. me viene a la cabeza el anuncio ese de una marca de agua en el que aparece un vaso con aceite y al llenarse de agua, el aceite acaba desbordándose. no sé, supongo que cada uno de nosotros fue para el otro ese aceite. pero ya no nos queda nada dentro, nos lavamos con agua nueva.

hoy he pensado en llamarte. pero no para pedirte nada ni quedar. no sé, llamarte para que la siguiente vez que te llamase ya no te pareciera extraño. formalizar el contacto, supongo. luego he pensado que ya es tarde. la pereza es el peor enemigo de los seres humanos. me dió pereza llamarte en su momento. y me dió pereza preguntarte que qué tal estabas. me imagino que temía que me dijeras que no eras feliz.

llamarte.

pero los dos sabemos que nunca podremos empezar de cero.

solamente nos volveríamos a hacer daño.

 

estoy convenciéndome de que tus apariciones en mis sueños son estudiadas.

sólo así casi me parece que ya no estamos tan lejos.

casi.