dilluns, de juliol 12, 2010

am(istad)or

nos habíamos alejado mucho del momento de la intersección.
los caminos eran casi uno y tú me decías
parece que nos conozcamos de toda la vida.
yo nunca me atreví a preguntarte 
si era tu vida 
o era la mía
porque éramos felices así,
pensando en cómo valorarnos,
en cuidarnos tanto y darnos las gracias
por haber llegado a compartirnos. 
en procurar no herirnos
ni hacernos daño.
pero tarde,
siempre tarde.
llegaban tarde tus intentos
en aquél invierno, que siempre durmió.
por entonces aún pensaba 
en no llamarte por tu nombre
te transformastes en amor
y amor debía ser tu nombre.
por eso el día en que ordené tus letras
y pronuncié, por primera vez,
tu nombre verdadero
supiste que aquello era el fin
de lo que nunca habíamos empezado.