ella. que no deseaba otra cosa que volver a verle... que hubiera entregado el poco dinero que le quedaba por un bis a bis... ella que había fantaseado con aquél reencuentro inminente... que se había atusado los rizos como nunca para que la viera bonita... ella, que odiaba la palabra gorda excepto si salía de su boca...
se le partió el mundo cuando el periódico le contó que no iba a verle más.
y entonces ella,
en ese preciso instante se dió cuenta
de que era posible
morirse
de amor.
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