dimecres, d’abril 06, 2011

Rutinas

cada mañana imagino qué harás. te oigo diciéndome las palabras que me regalas, en código sms, algunas noches. y pronuncias todas las letras, con una sonoridad preciosa, mientras me miras al fondo, muy al fondo de mis pupilas. al espacio vacío dónde nadie supo llegar antes. entonces, nos deseo suerte, a los dos. juntos. el suelo congelado electrocuta mis pies y llega hasta la médula espinal. es un chispazo que me despierta del todo y me voy al báter, al fondo a la derecha, como todos los báteres dignos. entonces meo, como las niñas pequeñas, con las bragas hasta los tobillos. mientras tanto, me quito legañas, imprimo bostezos al otro lado del espejo. son los reflejos de lo que soy son ti. me gustaría decírtelo: así soy sin ti. pero no estás y la leche me hierve, como siempre, y te pienso en tu mesa. bebes leche fría, manchada de fresas y todas las semillas que hay en la tierra. el día transcurre, repaso la prensa diaria, que no hace más que esconder tu nombre con acrósticos. sueño en el instante en que sea yo, de forma consciente, la que esconda tus iniciales en noticias que no dicen nada. tú conversas con personas ajenas a mí. habláis de cosas que yo no entiendo. algunas veces pronuncias mi nombre pero tú crees que no te oigo y te sientes ridículo. yo, me mezclo entre gente, hago cosas banales; la compra, lavar ropa, intentar ser alguien. escribo y a menudo mal. y llega mi noche, ligeramente retrasada respecto a la tuya. y en ese instante nocturno, en el que te apareces al otro lado de la pantalla, te siento casi a mi lado y todo tiene sentido. y me voy a la cama, con una sonrisa idiota. y tu olor entre mis dedos.       

1 comentari:

Anònim ha dit...

joder, q potito por Diohhh
escríbete más a menudo
loveyou bonita
desdel baño