dijous, de maig 12, 2011

cambios


el otro día nos invitaron a un pastel de fresas con nata. creo que es porque notaron que estábamos enamorados. el amor es así, algo que la gente envidia cuando no lo tiene, ignora cuando lo tiene y le revienta por dentro cuando lo pierde. yo conseguí establecer un peldaño más en esta escala: lo tuve, lo perdí, morí y lo recuperé.
ahora quiero de la forma más extraña que he querido nunca. intenso, apasionado. es un amor loco. una forma de querer en la que exprimes cada segundo de amor, cada gota de sudor, cada labio, cada pestaña que resbala la mejilla, para pedir un deseo: que no se acabe nunca.
es como si me hubieran detectado un cáncer en el corazón, una metástasis en el pecho que me obliga a mostrarlo, sin miedo de perderlo, porque ya vivo con la constante sensación de pérdida. hace mucho tiempo que lo escribí: "querernos con la certeza de que podemos perdernos, ayudará a valorarnos".
y como nunca, intentamos encajarnos. constantemente. buscamos la concordancia de nuestras simetrías. dedos entre dedos, labios entre labios. y tu sexo, enredado. entre el mío.