divendres, de maig 20, 2011

Huellas en el alma

Si hay algo maravilloso en los enamoramientos fugaces entre extraños, es el hecho de que nunca se llegan a materializar, me empezó a contar. Te pasas todos esos minutos, que la vida te ha cedido para que compartas con tu amor ajeno, imaginando cómo besarán sus labios. O qué tacto tendrán sus dedos y qué olores sus cabellos. Qué espacio de tu vientre conseguirían rellenar sus manos. Y luego llega el juego de mirar sin que te mire para exponerte, más tarde, como si fueras una isla virgen que alberga tesoros secretos. Y bajas del tren, o del autobús sintiendo una péridida terrible. ¿Y sabes por qué?, me preguntó. Negué con la cabeza. Porque consigue besarte en el lugar más íntimo; allí, donde no dejas entrar a nadie: en el alma. Y créeme, Andrea. Las huellas que tienes en el alma no se borran jamás, sentenció.