dijous, de desembre 19, 2013

Sé que ya no

Cada tarde pienso en ti
(en ti conmigo). 
En qué harás, qué libro andarás leyendo
(¿será alguno de los que yo te recomendé?
Yo sí leí los tuyos). 
en qué palabras te guardas y cuáles ya no me pertenecen
(y sé que ya no me pertenecerán). 
Yo, como un ratón que corre en una rueda de su jaula, avanzo estática
(en silencio, sé que tú no te das cuenta).  
Cansada de tanto andar y permanecer en el mismo sitio
(siempre el mismo),
me alimento del recuerdo de los momentos en los que quisiste besarme.
(Dos. Solo dos).
Dos momentos volatilizados en lágrimas de invierno y sudor de verano.
(Qué dos momentos. Qué lejanía).  

Aunque ya no me ves, continúo mordiéndome los labios. 
Creo que tengo la esperanza de que algún día sean tus dientes de caníbal los que me mastiquen la boca. 
(Aunque sé que ya no).