Tan débil como antes de pasar el primer resfriado del invierno, me siento en mi sueño dispuesta a aprender cualquier cosa (de cualquier boca) que olvidaré de inmediato. Empezando por el final, como se leen algunas personas las revistas, y creyendo no entender nada, perdido o perdida, perdidos. Empezando por el final, por el final de tu boca, me ilustras, me enseñas, me educas.
Desde mi sueño. Los dos, tú, yo.
Y siguiendo, débil como después de sentir que nada o todo va demasiado bien. Con ese pánico y esa debilidad. Con ese precioso e íntimo sentimiento que sólo tu sabes que siento. Tu y yo.
Te leo. Leemos. Te escucho. Te pienso, me piensas. Te intuyo, me intuyes. Me riñes. "Estate atenta, escucha más... No te olvides de...". Pero yo... te miro, te miro. Te miro y... te miro y siento... siento que nos cojemos de las manos.
Y lo hacemos de un modo... como si no supiéramos a lo que nos enlazamos , agarrándonos a lo primero que nos pasa por delante, deseando huír de demás enlazes, de sigmas, de deltas, de gammas. Deseando marchar lejos de la cultura, huyendo de aprender, huyendo del "escucha", del "estáte atenta". Queriendo ser libres, de todo. Libres de saber y libres de pensar.
Nos cojemos de las manos y pienso que si te agarro más fuerte tal vez te absorbo (y tú me absorbes) toda la Energía y dejo de sentirme débil. Y pienso que quizá baste con poder cojerte una mano para dejar de sentirme débil.
Cojer una, dejar otra. Cojer, dejar. Siempre. Cojer, dejar.
Y pienso, y pienso y pienso: ¡Joder! ¡Quiero ser libre de pensar! ¡Quiero dejar de pensar! Quiero que todo pase porque sí, porque tiene que pasar...
Y sí, termino pensando que cuando mi sueño desde el que estoy sentada acabe... dejaremos de darnos de las manos. Dejaras de ser maestro, dejaré de ser alumna. Dejará de existir todo. Y además... ¿Le habré engañado?
Y qué importa que Le engañe si luego Le sonrío...
Qué importa ser poeta o ser basura...
Desde mi sueño. Los dos, tú, yo.
Y siguiendo, débil como después de sentir que nada o todo va demasiado bien. Con ese pánico y esa debilidad. Con ese precioso e íntimo sentimiento que sólo tu sabes que siento. Tu y yo.
Te leo. Leemos. Te escucho. Te pienso, me piensas. Te intuyo, me intuyes. Me riñes. "Estate atenta, escucha más... No te olvides de...". Pero yo... te miro, te miro. Te miro y... te miro y siento... siento que nos cojemos de las manos.
Y lo hacemos de un modo... como si no supiéramos a lo que nos enlazamos , agarrándonos a lo primero que nos pasa por delante, deseando huír de demás enlazes, de sigmas, de deltas, de gammas. Deseando marchar lejos de la cultura, huyendo de aprender, huyendo del "escucha", del "estáte atenta". Queriendo ser libres, de todo. Libres de saber y libres de pensar.
Nos cojemos de las manos y pienso que si te agarro más fuerte tal vez te absorbo (y tú me absorbes) toda la Energía y dejo de sentirme débil. Y pienso que quizá baste con poder cojerte una mano para dejar de sentirme débil.
Cojer una, dejar otra. Cojer, dejar. Siempre. Cojer, dejar.
Y pienso, y pienso y pienso: ¡Joder! ¡Quiero ser libre de pensar! ¡Quiero dejar de pensar! Quiero que todo pase porque sí, porque tiene que pasar...
Y sí, termino pensando que cuando mi sueño desde el que estoy sentada acabe... dejaremos de darnos de las manos. Dejaras de ser maestro, dejaré de ser alumna. Dejará de existir todo. Y además... ¿Le habré engañado?
Y qué importa que Le engañe si luego Le sonrío...
Qué importa ser poeta o ser basura...
1 comentari:
un toke molt xulo d'Extremoduro... :PP
Publica un comentari a l'entrada