dijous, de juny 22, 2006


Después de examinarte todas las manchas de nacimiento de tu cuerpo.
Después de contarte las pecas, mucho después.
Después de besarte en las cejas, donde nadie antes te había besado.
Después de morderte la oreja y dejarte que me oyeras respirar.
Después de escuchar tu silencio y entenderte. Después de escuchar mis palabras y quedarte callado. ¿No me entiendes? No, que va. Es que no te escucho. Sólo te miro. Y si miro, no escucho. Y viceversa.
Después de pegarte en el brazo, con la palma abierta y decirte que no está bien eso de ir de ciego por el mundo, o de sordo, depende.
Después, después de todo eso. Después de querernos.
Después, esa extraña sensación.
Lo sé, soy raruna. Las mariposas suelen venir antes, pero a mí, a mí me llegan después.

1 comentari:

casifueradelcielo ha dit...

amoret, da igual cuando lleguen las mariposas, si antes o después. La cuestión, como todo en la vida, es que lleguen.
Y ahí estan, ahí estan que yo lo sé.

Petonets!!!!!!!!