dilluns, de maig 28, 2007

No abusemos de la retórica y digámonos sólo las verdades. . Yo. Y éste maldito frío que se cala.
Caminito del cuarenta de mayo.
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Y te ríes porque tengo las manos heladas. Pero es que desafiamos al tiempo y nos negamos a quitarnos los tirantes. Caminamos con la cabeza bien alta y nos reímos: Ja! del aire que nos abofetea con rabia.
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Y me dices: Cualquier dia cogeremos bichitos en la garganta. De esos que te dejan ronco y hacen que te duela al tragar.
O cualquier noche.

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Y entonces yo te cuento lo de mis bichitos. Los que tenía en las pestañas, ¿te acuerdas?
Te cuento que están de mudanza. Que ya no se quedan en mis ojos para cerrármelos cuando las cosas no me gusten. Te digo que se están desplazando a mis mejillas. Y que me las estiran hacia arriba sin que yo pueda hacer nada. Y yo no sé si eres , cariño, o los malditos bichitos. Yo no sé qué es pero me da miedo. Me da miedo porque se me agrietan los labios. Y temo que sigan estirando. Y que estiren tanto, que me rompan la sonrisa.
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Y entonces me dices que tal vez el culpable de que se me agriete la sonrisa es este puto frío en pleno mes de mayo.
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¿Y qué haremos mientras tanto?
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Mientras tanto, nos calentaremos con palabras. Silenciosas.
Tuyas.
Mías.

Y nos pondremos cacao de labios.
Por si acaso.

1 comentari:

Gata Chata ha dit...

Ay, qué bonito, niña. Embadúrnate la cara con cacao de labios factor 20 que ya verás que no hay peligro. Te lo digo yo que la comisura me mide el diámetro de mi cabeza, que no es precisamente pequeña.

Un besito.