cuento hacia atrás y me pierdo. yo soy más de sumar que de restar. al fin y al cabo, todo queda y nada se va para siempre. ni siquiera esas migajas que creí haber perdido. ayer me volvieron a la boca y me devolvieron su sabor. debía de guardarlas en las encías, por aquellos mordiscos que le daba y toda la rabía que le tenía. y sin embargo, ayer, que recordé su sabor de nuevo, me di cuenta de que ya no le odiaba. ni siquiera un poco.
supongo que esto será parte de lo que le llaman madurar.
me gustan las siestas largas y despertarme con una guitarra sonando de fondo. y no bizquear al querer ver tus ojos mientras me besas. resulta que ya no los abro. creo que es porque estoy tan segura de que estás tú al otro lado que ni siquiera necesito comprobarlo.
supongo que esto será parte de lo que le llaman confianza.
bienvenidas a mi.
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