Ayer me dí cuenta de que crecí.
Crecimos, los dos en plural, para ser más justa.
Deshilvanamos el nudo que nos mantuvo unidos.
Un nudo pretérito imperfecto complicado.
Me di cuenta de que ya no.
Creo que tú también.
Apenas interferencias en nuestras nuevas vidas.
En algunos momentos me costó incluso recordar
que algún día revolvimos sábanas.
Vendían cervezas de lata.
Nos contamos nuestras parejas.
Ajenas.
Lejanas.
Un bongo martilleando en las obras de nuestras cabezas.
¿Te acuerdas cuando tocabas...? Sí.
No hacían falta palabras.
Como amigos. Ya sólo eso.
Silencios cómodos.
Me sentí aliviada.
Sólo somos dos amigos tomando cerveza en un banco un viernes por la noche.
Sin dramas.
Sin pasión.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada