dimarts, d’agost 02, 2011

Ágata no se enamora

Mon amour, me dices con tu francés de bote, querer es dar. Es levantarse a las 5 de la mañana para recogerlo en la estación. Es no importarte que se beba tu último sorbo. Darle la parte del sandwich más rellena. Llorar cuando llora porque también te duele. Incluso dar tu vida, ¿entiendes? Morir por el otro, ¡imagínate! Pero enamorarse, en fin, enamorarse es más complicado. Es loco, dramático. Más irracional. Es perder tu yo. Sentir la ausencia del otro como sentirías que te faltara un pedazo de corazón. Enamorarse, mon amour, es incluso matar si te lo pide. Y morir sí, pero matar, uy, matar sí que no.