dijous, d’abril 12, 2012

Febril sinsentido

Hoy la vida es lo que ha quedado de mí en la cama tras una noche de fiebre. El peso de lo que fue mi alma, casi 21 gramos, convertidos en lágrimas, sudor y saliva. Todo está ahí, entre el colchón y la almohada. Y a pesar del descenso de peso en el alma y del particular delirio febril solo puedo atender a las letras que, de lejos, me apuntalan con sus largas grafías. "T". "u". Consciente de mi inconsciencia, en lo más hondo solo espero de mí que siempre estés tú. Que, hasta el final, formes parte de este viacrucis que camino con esta pena tan particular que, a tu lado, apenas entristece.