dimecres, d’abril 30, 2014

Distancias

Me marcho y acaso eso me acerca de algún modo a ti, a tus viajes constantes y a tu falta de tiempo, a tu ojalá estuviera yo allí, ojalá estuvieras tú aquí. Pero ni estoy ni estás y yo me marcho y tengo la sensación de que, como tú, estoy en un lugar al que no pertenezco; ni siquiera mi pecho consiguió ser tu casa y, si lo fue, yo no lo sentí. Me marcho y aunque vuelvo, creo que nadie espera mi regreso. No sé si también te ocurre; que te vas y no sabes si dueles o si alivias. Me marcho pero vuelvo y tengo un caos esperando mi llegada: dejarme absorber o alejarme; matar o morir. Al final todas estas incoherencias tienen una raíz: él no termina de morirse y yo no termino de vivir.