diumenge, de desembre 21, 2014

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Tú,
como una esponja,
limpiando los restos que aún quedaban sucios
de mis esquinas.
Tú,
como una esponja,
capaz de sacar pompas de jabón
pese a toda la porquería que arrastro.
Tú,
como una esponja,
ocupando los huecos que creí irellenables
de todos mis vacíos.
Tú,
al fin tú,
consiguiendo - con otra lengua, con otros labios -
lo que creí que no volvería a suceder.


Y sucedió.