diumenge, d’abril 16, 2006

A dieta

Los dedillos te asoman por debajo de las sábanas y me apetece comértelos.

-Por fin he hablado con Sara - me dices mientras te rascas la oreja.

Me apetece comerte la oreja.
Ahora me hablas y fingo escucharte. Te pienso bañado con nata, hecho a la plancha o frito con pimentón.
Te miro el bucle que te sale del tupé. ¿Cuánto hará que no te cortas el pelo? Te imagino con el pelo corto, más cortito y me recuerdas a un pollito. Mmm... me imagino al pollo bien rebozado acompañado de tomate con aceite y sal.

- Prómeteme que hoy cocinas tú - te digo, acordándome que ayer compré cús-cús.

Finges ignorarme y hablando me recuerdas que debo dejar de creer en la democracia. Nadie cumple lo prometido y tú no vas a ser menos.

Así que hoy cocino yo.
Te odio.

Te odio a tí y a esta jodida dieta.

2 comentaris:

Gata Chata ha dit...

Hola! Gracias por la visita porque así he podido encontrarte. Me encanta tu blog. De hecho, éste es como si fuera mi segundo blog. Te he leído unos cuantos post y son muy muy apetecibles... ñam!

Un saludo y en cuanto pueda (mi ordenador está chungo) te enlazo -con previo aviso.

Andrea ha dit...

Sera un placer. Haría lo mismo si supiera cómo. Siempre me lo puedes explicar.
Por cierto, ¿de dónde eres? Lo digo por los posts en catalán, no sé si los entiendes...