dimarts, de maig 09, 2006

Grandes personas. Hoy: el chico ye-ye

Él es el hombre detesta-maníacos como yo más maniático que he conozco.
El destroza bolígrafos, el arregla poemas. Capaz de escribirte un verso donde otros sólo leen dos letras y jurar que ha sido sin querer.
Capaz de secarme la piel del brazo con tan sólo agarrármelo, según él porque de pequeño pasó mucha sed, según mi parecer, quiere beberme.
Él es el hombre inventa canciones, el descubre pecas y manchas de nacimiento. El único capaz de regalar un Cactus para Navidad y justificarse diciéndo que a él le gusta pincharse el dedito.
El Dalí de las manías extrañas que se niega a aceptarlo.El no bebo nunca que acaba hablando solo. El abraza piernas. El bebé con el complejo de Edipo más precioso del mundo.
El roba risas. El quita llantos.
El que fue capaz de escribirme el verso más sincero sin decir nada. El que me escribió con los ojos que se podía tener todo y me ayudó a conseguirlo.
El que me llama princesa y me pega cuando me muerdo las uñas.
Y él sabe que tengo la rara manía de olerlo todo. Que me gusta encontrarles sabores y olores a las cosas, incluso a aquellas que no huelen ni saben. Cuando le conocí el me dijo que a qué olía.
Le intenté poner olor pero me conquistaron los caramelillos que llevaba en las manos. Pensé que ponerle olor a miel mentolada quedaba más bien feo.Y le intenté poner sabor, pero no sabía a qué sabía.
Tal vez sabía a nuevo. Tal vez, a melancolía.
Y ahora, ya sé a qué me sabe y me huele. El chico ye-ye huele a mar y sabe a Sabina. Porque el chico ye-ye es un poeta aunque aún no lo sepa.
Y me está haciendo adicta a contar las lunas llenas cada vez que salgo a dar una vuelta.