Vuelvo a lo que fue mi hogar con la esperanza de ver, con los mismos ojos, las cosas distintas. Sin embargo, las caras decepcionadas estallan contra mi medio sonrisa que grita "todo va bien". "Nada es tan grave". Al menos estamos vivos. Y ni por esas. La depresión es la enfermedad de la calle y las ganas de aferrarse a lo inaferrable, "al menos tengo trabajo, aunque no me paguen, aunque no me llene". Aunque no tengas vida. Pero estamos vivos. Y yo observo el mundo que dejé con los mismos ojos pero con distintas prespectivas. Con distintos objetivos: ser feliz, poder gastar los domingos en el campo, leer mucho y sobre cualquier tema. Pero mis objetivos golpean a los objetivos de este mundo que nos crearon. "Búscate algo. Sé productivo". Y me sumo a esa depresión que somete a todos aquellos que me crucé por la calle. Me sumo al miedo por no tener nada, a la resignación de no encontrar nada que me llene. A la pérdida de esperanza, de emoción por lo que vendrá. Al letargo que mueve los corazones cada mañana para que puedan hacer todas aquellas cosas tan alejadas de sus sueños. Porque estamos vivos y hay que vivir. Como sea.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada